Cuando decimos tartamudez nos referimos a un problema que afecta directamente el flujo del habla. Es muy común en el tartamudeo que: a la persona le dificulte comenzar una nueva palabra, algunos sonidos se tornen más largos de lo que realmente deben ser, tenga repeticiones en las palabras o en algunas partes de ella.
La persona que sufre de tartamudez se pone muy tensa cuando quiere hablar y hasta quizás le tiemblen los labios, pestañee rápidamente cuando intente hablar con los demás.
Desde la antigüedad que existe la tartamudez, y no por ser famosos personas como: Tiger Woods, Marilyn Monroe, Nicole Kidman y Napoleón estuvieron exentos de esto. A pesar de su tartamudez, son figuras que lograron destacarse en distintas áreas. Estos son claros ejemplos de que se trata de una condición con la que se puede vivir perfectamente y que tiene un tratamiento.
De acuerdo con la explicación del Dr. Marco Manríquez, quien es neuropediatra de la “Clínica Alemana” (en Chile): «Hay una tartamudez que es propia del desarrollo, se ve en niños de dos a cuatro años, y suele ser autolimitada. Pero hay otra tartamudez que suele empezar en la primera infancia y que puede hacerse crónica”
En cuanto a la falta de fluidez del habla que es característica de las personas con tartamudez, se da la repetición de consonantes (como lo son la p o la m) y luego de palabras y de frases.
Según cuenta María Fernanda Rodríguez, quien es fonoaudióloga: «Lo típico es un bloqueo y una tensión que se manifiestan al emitir los sonidos, que puede tener implicancias sociales, psicológicas, fisiológicas y neurológicas»
¿Por qué se da la tartamudez? La verdad es que no existe un origen claro, pero lo que si es evidente es que existe un factor genético relacionado, esto se puede ver en casos que se repiten de forma familiar, por ejemplo.
Iván Castillo, quien es también fonoaudiólogo agrega: «Hay dos grandes aspectos: por un lado, estructuras cerebrales que influyen en la fluidez del habla y, por otro, factores emocionales asociados a eventos biográficos que provocan nerviosismo o ansiedad».
Lo cierto es que la tartamudez no tiene una solución, pero si hay muchas alternativas, técnicas para poder ver cuáles son los factores que hacen que se potencie, y de esta manera lograr que sea menos evidente, que se pueda “camuflar”.
Una de las opciones es el apoyo psicológico y también la implementación de la relajación y la respiración. Quien fue pionero en la relajación y respiración para relajar las cuerdas vocales fue Lionel Logue, quien fue el terapeuta de Jorge VI de Inglaterra, en donde se puede conocer su historia en la película llamada: «El discurso del rey». En dicha película se destaca una escena muy importante en la que el rey consigue hablar de forma corrida cuando está escuchando música con audífonos.
Según expresa Rodríguez: «Eso tiene relación con la teoría cognitiva que dice que la tartamudez se debe a una interferencia del hemisferio derecho del cerebro por sobre el izquierdo, asociado al habla» y que: «Al igual que al cantar, una persona deja de tartamudear porque el hemisferio derecho, asociado a la música, está ocupado procesando eso».
Lo importante a destacar es que en un 80% de los casos se puede tener una mejora, que aunque no es por completo si ayuda a que la tartamudez no intercepte con la cotidianidad de la persona. A esto agrega Rodríguez que: «Mientras a más temprana edad se inicie el tratamiento, mejor. Sobre todo en el plano psicológico».
Otro aspecto importante es la educación familiar, ya que existen ciertas cosas que pueden hacer que la tartamudez se aumente. Ejemplos de esto son el presionar al niño para que diga la palabra completa o sino el completar cada palabra que no pueda decir, aspectos que fortifican al tartamudeo y hacen que la ansiedad crezca aun más.