La aracnofobia es una de las fobias más específica que existen, a las arañas. Se clasifica dentro de las zoofobias, entre el más común de todas las fobias. Las personas con aracnofobia tienden a sentirse incómodos en cualquier área que para ellos tenga arañas, y esto es muy variante de persona a persona.
En algunos casos extremos, incluso una fotografía o un dibujo realista de una araña también pueden evocar el miedo.
La aracnofobia puede ser tratada por cualquiera de las técnicas para las fobias específicas.
Al igual que con todas las fobias, el individuo debe trabajar seria y arduamente y de ninguna manera «jugar» con la fobia en el ínterin. La razón de las fobias sigue sin estar clara. La psicología opina que la visión de muchas arañas venenosas en una niñez temprana predispone a la adquisición de un miedo a las arañas.
Al igual que todos los rasgos, hay una variabilidad en la intensidad y no se debe clasificar como fobia “miedos pequeños o normales”. Las arañas, por ejemplo, encajan en el criterio habitual de cosas a que tenerles miedo, si este no es desmedido.
La opinión de la antropología es que se trata de un método de defensa exacerbado. El miedo es en realidad un factor de supervivencia, que tal vez nació al ser mordido y muerto algún Homo sapiens por una araña venenosa. Para algunas comunidades, como en Papua Nueva Guinea y Sudamérica (excepto Chile, Brasil, Uruguay y Argentina), las arañas están incluidos en los alimentos tradicionales. Esto sugiere que la aracnofobia puede ser más cultural, que genético.