Pericarditis

Para comenzar a hablar de pericarditis primero debemos hablar sobre el pericardio, el cual es una membrana que se encarga de cubrir al corazón. Esta membrana tiene una doble capa y forma de saco, y se encarga de brindarle protección al corazón. Esa doble capa existe porque dentro contiene un líquido, el cual lubrica ambas membranas logrando que ambas puedan ir una sobre la otra.

La pericarditis en si es una inflamación del pericardio, muchas veces lo que sucede es que el liquido que está entre las membranas aumenta y esto hace que se cree un tapón en el corazón, no funcionando como lo suele hacer con normalidad (cuando no está inflamado el pericardio). Lo bueno es que en estos casos muchas veces se puede operar y extirpar el pericardio, pero debe verse en cada caso en particular.

Pericarditis

¿Cuáles son las causas de la pericarditis?

Muchas veces la causa por la cual se da una pericarditis es desconocida, pero puede darse por una infección. Por ejemplo: infección viral a causa de una neumonía o resfriado, infección bacteriana, por hongos, entre otras.

También se puede dar con enfermedades como lo son el cáncer (incluyendo leucemia), VIH Y SIDA, por trastornos en el cual el sistema inmune ataca al tejido corporal que está sano erróneamente, en casos de insuficiencia renal, tuberculosis, hipotiroidismo, fiebre reumática, entre otros.

También puede darse una pericarditis por haber tenido un ataque cardíaco, una cirugía cardíaca, la ingesta de algunos medicamentos (pueden ser fármacos para tratar cáncer), haber sufrido radioterapia, o por una hinchazón del miocardio.

¿Cuáles son los síntomas de la pericarditis?

El primero y principal, que está presente en todos los casos es el dolor torácico. También se puede sentir dolor en el hombro, espalda, cuello e incluso abdomen.

Muchas veces se da una respiración profunda y cuando la persona se acuesta puede tener tos. El dolor puede darse de forma aguda e incluso sentir puntadas. Este dolor se suele aliviar cuando la persona se sienta o se mueve hacia adelante, pero siempre son síntomas de alerta a tomar en cuenta, es decir que por más que el dolor disminuya en esta posición se debe consultar si o si con un medico. A estos síntomas se puede sumar la fiebre, sentir escalofríos, y si es debido a una infección también puede haber sudoración.

Además de esto, puede haber edemas en piernas, tobillos y pies, sentir cierta ansiedad, aletargamiento y tos seca.