Síndrome de Tourette

Síndrome de Tourette

Salud Mental: Síndrome de Tourette

El síndrome de Tourette es un trastorno hereditario neuropsiquiátrico de inicio en la infancia, caracterizado por múltiples síntomas motores y fónicos.

Se define como parte de un espectro de trastornos de tics, que incluye tics transitorios y crónicos.
Antes se consideraba una vez un síndrome raro y extraño, más a menudo asociado con la exclamación de palabras obscenas o y despectivas (Coprolalia), pero este síntoma está presente en sólo una pequeña minoría de las personas con síndrome de Tourette, siendo los tics lo que lo distinguen. Los más comunes son de parpadeo de los ojos, tos, carraspera y los movimientos faciales.

El síndrome de Tourette no afecta negativamente a la esperanza de la inteligencia o la vida. La gravedad de los tics disminuye para la mayoría de los niños a su paso por la adolescencia, y en la edad adulta es una rareza.

Características del síndrome de Tourette

Los tics son repentinos, repetitivos y estereotipados. No son rítmicos e involucran a grupos discretos musculares. [8] Los tics motores son los tics basados ​​en el movimiento, mientras que los tics fónicos involuntarios son sonidos producidos por el movimiento del aire por la nariz, la boca o la garganta.

El síndrome de Tourette se clasifica por el DSM de acuerdo con el tipo (tics motores o fónicos) y la duración de estos (transitorios o crónicos).

Causas del síndrome de Tourette
Los orígenes y la causa exacta del síndrome de Tourette son desconocidos, pero está bien establecido que tanto los factores genéticos como los ambientales están involucrados.

Los estudios genéticos han demostrado que la inmensa mayoría de los casos de síndrome de Tourette se heredan, aunque el modo exacto de herencia no se conoce todavía y ningún gen ha sido identificado. En los menos casos, el síndrome de Tourette es esporádico, es decir, no se hereda de los padres.

Tratamiento síndrome de Tourette

El tratamiento del síndrome de Tourette se centra en identificar y ayudar al individuo a manejar los síntomas más preocupantes.

La mayoría de los casos de síndrome de Tourette son leves y no requieren tratamiento farmacológico; en cambio, la terapia psicoconductual y la educación son necesarios.

Los tratamientos, cuando así lo justifiquen, se pueden dividir en tratamiento de los tics y tratamiento de las condiciones comórbidas, que, cuando están presentes, a menudo tienen prioridad de tratamiento.

No hay cura para el síndrome de Tourette y no existe ningún medicamento que funcione universalmente para todas las personas sin efectos adversos significativos. El conocimiento del mismo ha llevado a saber que lo mejor es integrar tratamientos farmacológicos, conductuales y psicológicos.