Trabajar de noche es malo para la salud

Según un estudio, los trabajadores nocturnos podrían llegar a tener mayores riesgos en lo tiene que ver con trastornos metabólicos y cardiovasculres, dando como resultado de sus patrones correspondientes a sueño-vigilia. Este estudio se realizó en la Escuela de Medicina de Harvard en Boston (Estados Unidos), y sus resultados fueron publicados en la edición digital de la revista: «Proceedings of the National Academy of Science» (PNAS).

Trabajar de noche es malo para la salud

 

Como se realizó este estudio

Se expusieron 10 voluntarios a comer y dormir, esto durante diversas horas del día y la noche, haciendo un simulacro de «días» artificiales, los cuales duraban 28 horas y se hicieron dentro de un laboratorio.

A raíz de este experimento, lograron descubrir que los participantes presentaban ciertas alteraciones importantes a nivel hormonal y que estaban dadas como respuesta al estrés, como lo es la leptina, reguladora de la insulina, la saciedad y también del cortisol.

Los científicos, quienes fueron dirigidos por Frank Scheer, lograron hallar que estas personas daban indicadores de las mayores variaciones de la normalidad cuando sus ciclos de sueño-vigilia se veían en desequilibro durante unas 12 horas aproximadamente. Esto es lo mismo que les sucede a las personas que duermen durante el día, las horas en que hay luz y que están despiertas durante toda la noche.

Este caso de desalineación circadiana también hizo que se vean en 3 pacientes (sin antecedentes de diabetes) niveles de glucosa, esto luego de las comidas típicas de personas que tienen pre-diabetes.

Según los investigadores, los niveles de cortisol que se encuentran elevados de forma inusual al iniciar el episodio de sueño durante la descoordinación circadiana podrían llegar a causar un aumento de la resistencia a la insulina. En el caso de los bajos niveles de leptina, hacen que aumente el apetito y con esto también se disminuyen los niveles de actividad, algo negativo porque puede ser un desencadenante de obesidad y problemas cardiovasculares. Para finalizar, los autores concluyen que estos efectos son los que podrían explicar un mayor riesgo de diabetes, obesidad e hipertensión, en las personas que trabajan en turnos nocturnos.