Clostridium Perfringens

Clostridium Perfringens

Clostridium Perfringens (antes conocido como Clostridium perfringens) es un bacilo Gram positivo, anaeróbico y formador de esporas.

Clostridium perfringens está siempre presente en la naturaleza y puede ser encontrada como un componente normal de la vegetación en descomposición, sedimentos marinos, e incluso tracto intestinal de humanos y el suelo.

Clostridium perfringens es la tercera causa más común de intoxicación alimentaria en el mundo, luego de Clostridium botulinum y de salmonella typhi.

Las infecciones por Clostridium perfringens dan necrosis enfisematosa, y gangrena gaseosa, la cual también se conoce como mionecrosis por clostridios.
La toxina involucrada en la gangrena gaseosa se conoce como α-toxina, que se inserta en la membrana plasmática de las células, produciendo huecos en la membrana que alteran la función celular normal.

Intoxicación alimentaria por Clostridium perfringens

La bacteria Clostridium perfringens es la tercera causa más común de enfermedades transmitidas por alimentos, con carne mal preparada y aves de corral como los principales culpables de albergar la bacteria.

La enterotoxina de Clostridium perfringens es lábil al calor (se inactiva a 74 ° C) y puede ser detectada en alimentos contaminados. El tiempo de incubación es de entre seis y 24 horas después de la ingestión de alimentos contaminados. A menudo, la carne está bien preparada, pero demasiado antes de su consumo. Dado que las esporas de C. perfringens forma que puedan soportar temperaturas de cocción, si se deja reposar el tiempo suficiente, la germinación se produce y el desarrollo de colonias de bacterias infecciosas ocurre antes de la ingesta.

Generalmente, los síntomas incluyen calambres abdominales y diarrea. Los vómitos y la fiebre son inusuales. Todo el curso por lo general se resuelve dentro de 24 horas.

Infección por Clostridium perfringens

Clostridium perfringens es el agente bacteriano más frecuente de gangrena gaseosa, que es la necrosis, putrefacción de los tejidos y producción de gas. Es causada principalmente por la toxina alfa de Clostridium perfringens. Los gases forman burbujas en el músculo, que da crepitación y olor característico de la descomposición de los tejidos.

Después de la propagación local rápida y destructiva (que puede tardar horas), la diseminación sistémica de las bacterias y toxinas bacterianas pueden causar la muerte.
Tratamiento ante Clostridium perfringens

Si se detecta en un terreno clínico, el tratamiento debe iniciarse sin esperar los resultados de laboratorio.

Las heridas traumáticas se deben limpiar y las heridas que no se pueden limpiar no deben ser cerradas. La profilaxis con penicilina mata a los clostridios por lo que es útil para las heridas sucias y amputaciones de las piernas. Una dosis de alta es necesaria, ya el estado de portador de Clostridium perfringens persiste durante varios días.