El ajo posee propiedades que son conocidas desde hace más de 4.000 años, sí bien hasta el Siglo XIX no se estudiaron sus principios activos científicamente.
Es una planta fácil de cultivar, que suele medir en torno a 60 cm de altura; las hojas son planas, de color gris verdoso y alcanzan una longitud de 30 cm.
El ajo posee un bulbo redondeado, compuesto por numerosos gajos popularmente llamados “dientes” que cuentan con un recubrimiento de color blanco, y es esta parte la considerada auténtica panacea curativa.
Para qué se utiliza
Favorecer la circulación
Favorece la correcta circulación sanguínea y reduce el nivel de azúcar en la sangre.
Prevenir las infecciones
Aumenta la resistencia a las infecciones.
Refuerza las faneras
Ayuda a reforzar las defensas del organismo. También, mantiene saludable el pelo, la piel y las uñas.
Aliviar la tos
Facilita la expectoración y alivia la tos.
Como se ingiere
Ingredientes
• 1 diente de ajo mediano
• Igual cantidad de jengibre fresco
• 7 gr. de un limón
• 1 cucharadita de miel
• Agua muy caliente
Preparación
1. Machacar el diente de ajo. Tallar el jengibre y exprimir el limón.
2. Mezcla todo con una cucharadita de miel
3. Verter sobre el preparado una taza de agua muy caliente
Forma de tomarlo
Hasta 3 tazas al día mientras dure la gripe