¿Cuáles son los errores que se cometen en la ducha?

Lo primero que debemos ver al tomar una ducha es la temperatura en que se encuentra el agua. Para saber que temperatura usar, debes sentir cómo estás y así elegir, también ver el tipo de piel que tengas, aunque nunca es recomendable que duches en extremos, es decir que el agua no este fría, ni muy caliente.

En el caso de que sientas tus piernas cansadas, puedes usar una ducha que sea fresca y que te ayude a aliviar, energizar y estimular. En el caso del agua tibia nos ayuda más a una higienización más profunda, aunque el agua muy caliente no es recomendable utilizarla.

Cuáles son los errores que se cometen en la ducha

 

También es muy importante ver qué tipo de piel tenemos, ya que si es seca, con el agua caliente se va a dar una mayor tendencia a poder desarrollar inflamación en alguna zona del cuerpo o una dermatitis. A diferencia de esto, el agua fría hace que se descongestione la piel cuando esta se encuentra irritada o inflamada, aunque se debe aplicar en cantidades pequeñas y en tiempos cortos.

En cuanto a los jabones, la mayoría tienen un PH que desengrasa la piel y que hace que se arrastre el manto graso que protege su superficie, lo que no es para nada bueno. Cuando nos enjabonamos tiene que ser corto y preciso en las zonas que están más sucias del cuerpo.

En caso de tener una piel seca o que sea alérgica, es conveniente usar productos sustitutos del jabón o pueden ser aceites de ducha que hacen que la piel se reseque menos.

En cuanto a las toallas que usamos y la forma de secado, es el punto en el que más errores cometemos porque solemos frotar la toalla en el cuerpo de una forma fuerte, agresiva por así decirlo y lo recomendado es precisamente lo contrario, no frotar ni usar una toalla áspera. Una recomendación es secar con una toalla pequeña el exceso de agua y luego terminar envolviéndonos en una bata o toalla grande, la cual terminará secando la humedad restante de nuestro cuerpo.