Inflamacion

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Inflamación

La inflamación es un intento de protección del organismo para eliminar los estímulos nocivos y para iniciar el proceso de curación.

La inflamación no es sinónimo de infección, incluso en los casos en que la inflamación es causada por una infección. Es una de las respuestas del organismo al patógeno, y es una respuesta estereotipada, por lo tanto se considera como un mecanismo de la inmunidad innata, en comparación con la inmunidad adaptativa, que es específica para cada patógeno.

Sin inflamación, heridas e infecciones nunca sanarían. Sin embargo, la inflamación crónica también puede llevar a una serie de enfermedades, tales como la fiebre del heno, la periodontitis, la aterosclerosis, la artritis reumatoide, e incluso el cáncer (por ejemplo, el carcinoma de vesícula biliar). Es por eso que la inflamación es normalmente regulada por el cuerpo.

La inflamación puede manifestarse como enrojecimiento (eritema) donde hay una vasodilatación local; hinchazón (edema); una sensación de calor; dolor que parece latir; funcionamiento deteriorado del órgano afectado (incapacidad funcional), incluyendo la capacidad de moverse en el caso de una articulación.

Mecanismo de la Inflamación

Se produce una vasodilatación local, diseñada para aumentar la circulación de la sangre, eliminar las células muertas y toxinas (desbridamiento), y proporcionar los elementos necesarios para la curación, incluyendo los glóbulos blancos (linfocitos) para luchar contra la amenaza exterior.

En el proceso, se destruyen los leucocitos dañados y se envían señales a los macrófagos que engullen y digieren los antígenos y el tejido muerto.

Esta inflamación local de los vasos sanguíneos provoca enrojecimiento y calor, y un derrame de agua por ósmosis en el plasma sanguíneo. El edema comprime los nervios y causa la sensación de dolor y picazón. Además, las plaquetas y el sistema de coagulación de la sangre se activan para contener el sangrado posible.

La inflamación, si se trata de una reacción de defensa, puede plantear un problema en sí mismo, por ejemplo, en el caso de trauma en una articulación, la inflamación puede interferir con el examen clínico.

Para combatir la inflamación, se puede utilizar el frío (que produce vasoconstricción, disminuye la inflamación y alivia el dolor), y anti-inflamatorios no esteroideos por vía oral, en supositorio, por inhalación, inyección, o local (pomadas, gotas para los ojos, suspensión nasal).

Inflamación Aguda y Cronica

La inflamación aguda es la respuesta inicial del cuerpo a los estímulos nocivos y se consigue mediante el aumento en el movimiento de plasma y leucocitos (especialmente granulocitos) a los tejidos dañados. Por lo general aparece a los pocos minutos u horas y es un proceso de corta duración.

La inflamación es crónica cuando se prolonga en el tiempo. Conduce a un cambio progresivo en el tipo de células presentes en el sitio de la inflamación caracterizándose por la formación de tejido.