Es sabido que ser famoso o poseer una gran riqueza no hace la diferencia en cuanto a las adicciones y depresión. Este es el ejemplo del actor Robin Williams (recientemente fallecido) y de artistas Catherine Zeta-Jones, Mel Gibson, Jim Carrey o Demi Lovato los cuales dieron a conocer casos de depresión, en algunos relacionados con drogas o alcohol.
De acuerdo con datos proporcionados por la OMS (Organización Mundial de la Salud), son más de 350 millones de personas (rango comprendido entre todas las edades) los que padecen depresión a nivel mundial. Agregando a esto la OMS expresa: «En su forma más severa, puede conducir al suicidio». Se habla de una estimación de: «un millón de muertos por año».
En cuanto a Robin Williams, la encargada de prensa llamada Mara Buxbaum, expresó que la causa de su muerte es debido a que padecía últimamente una: «severa depresión».
El profesor Michel Reynaud, quien es el jefe del departamento de psiquiatría y adictología correspondiente al “hospital Paul Brousse” (Villejuif, París) menciona que existe un vinculo real entre lo que es el talento creativo con la depresión y adicciones.
A esto agrega: «Los artistas son a menudo gente más sensible, que siente más fuerte las emociones. Eso genera en general escritores, poetas, músicos, actores de gran calidad, aunque detrás hay a menudo personas ansiosas, deprimidas, angustiadas o bipolares».
A esto agrega que los actores viven una presión del éxito, viviendo así «en una especie de exaltación narcisista». «Dicen a menudo que se juegan la vida y su narcisismo en cada película».
Alcohol y drogas conviven habitualmente y abundantemente en lo que es el entorno de los artistas famosos, un entorno que es festivo y por supuesto con alto nivel adquisitivo.
El profesor Vikram Patel, quien es el director del “Centro británico de salud mental mundial” (Global Mental Health) comenta que: «Hay estudios anteriores que vinculan talento creativo y problemas de salud mental, aunque el mecanismo exacto siga siendo un misterio”
Se realizó un estudio también sobre la depresión, adicción y trastorno bipolar, en el cual Reynaud expresa lo siguiente: «entre un tercio y 50% de los adictos tienen depresión y la mitad de los bipolares tienen problemas de adicción». Agregando a esto: «Y las adicciones en sí mismas acarrean síndromes depresivos, a menudo graves, durante los cuales las personas pueden quitarse la vida».
En el año 2009 se realizo un estudio por medio del “Journal of Phenomenological Psychology” en el cual se afirmaba que más allá de que ser famoso venga junto con la riqueza, tener ciertos privilegios y contar con una «inmortalidad simbólica», siempre existe un precio que pagar a nivel psíquico. Este status hace que las personas se vuelvan mucho más desconfiadas, que se aíslen (en algunos casos) e incluso pudiendo llegar a haber una separación entre lo que es la «persona famosa» y la «persona privada».
El presidente de la “Brain and Behaviour Research de New York” Jeffrey Borenstein menciona que: «a la gente le cuesta entender porqué alguien que parece tenerlo todo puede ser depresivo». Y agrega que:«A menudo se piensa que la depresión ocurre a causa de una dificultad de la vida, y a veces es así, pero a menudo la depresión llega sin motivo claramente identificado».