Esta es quizás una de las decisiones más complicadas a las cuales se deben enfrentar los padres y se trata de poder decidir cuál va a ser el espacio donde su hijo/os van a dormir. Existen casos que ya sean por: razones de espacio, economía, educación, creencias, en que los padres deciden que los niños duerman en su misma habitación, claro que sin saber que esto perjudica a los hijos y a la pareja.
Según la Psicóloga Eva Caballero, los papás tienen una creencia de que al dormir con sus hijos estos están protegerlos de sus miedos, pero esto en realidad los daña ya que interfiere directamente con su crecimiento físico y también con la independencia necesaria.
Según expresa la neurofisióloga Rosa Peraita, quien es la responsable de la unidad del estudio del sueño perteneciente al hospital “Gregorio Marañón de Madrid”, cuando el sueño se da de una forma adecuada, en cuanto a la cantidad y la calidad de ese sueño esto ayuda que los niños tengan un desarrollo sano. Durante el sueño se da una gran actividad de la corteza cerebral y también se segregan algunas hormonas como lo son la hormona del crecimiento, cortisol y melatonina.
De esta manera es que cuando sucede lo contrario, es decir no se da un sueño adecuado se pueden dar algunas alteraciones del sueño, lo cual podría complicar la segregación de la hormona del crecimiento, condicionando así la talla del niño.
A esto agrega la especialista que el niño:«Necesita ciertas condiciones de aislamiento, lumínicas, térmicas y acústicas que le ayuden a conciliar el sueño».
Para finalizar menciona que algunos factores que son externos como los son: contactos por movimientos (en el momento en que se comparte la misma cama), ronquidos, o cualquier otro factor puede hacer que con el tiempo aparezcan algunos trastornos (por ejemplo: insomnio)
Por esto motivo es que es muy importante que el niño desde pequeño se acostumbre a dormir solo, siempre respetando una hora adecuada y en su cama de forma individual.