Secado y conservación de plantas medicinales

Es muy importante que el lugar de secado de las plantas esté bien ventilado, siendo indistinto que este lugar sea fresco o cálido, pero siempre debe ser un lugar seco. El lugar más idóneo será aquel que esté orientado hacia el sur, con buenos ventanales, protegidos por persianas que tamicen la luz, de manera que entren los rayos del sol. En estas condiciones, el secado de las plantas es más rápido y por ello conservan mejor sus principios activos.

Preparación

La preparación de la planta para el secado es la siguiente:

• Los tallos se atarán en ramilletes y se colgarán boca abajo, unos separados de otros, para permitir una correcta circulación del aire entre ellos.

• Las hojas y flores, por separado, se colocarán sobre una rejilla en una sola capa, girándolas frecuentemente hasta que estén secas. Se sabrá que lo están cuando, al tacto, crujan.

• Las raíces se lavarán bien para quitarles toda la tierra, se les cortará los nudos y las pequeñas raíces y se cortarán en trozos de unos 2,5 cm, dejándolas secar sobre una rejilla, o bien engarzándolas en cordeles y toldándolas. Estarán secas cuando adquieran un aspecto leñoso.

Desecación al aire libre

La desecación al aire libre y al sol es un método sencillo y rápido, debiendo permanecer expuestas las plantas desde unas horas hasta semanas. Debe tenerse la precaución de proteger las plantas por la noche debido a la humedad. Este tipo de secado no es conveniente para plantas aromáticas, ya que éstas pierden sus aceites esenciales y principios activos por acción de los rayos ultravioletas, en cambio, este tipo de secado es excelente para plantas poco acuosas como el tomillo o el romero.

Almacenamiento

• Las hierbas una vez secas se guardarán, enteras o trituradas, en tarros de cerámica o de vidrio que tengan un buen cierre. Los de vidrio conviene que sean oscuros pues así protegen  a las plantas de la acción oxidante de la luz. En caso de que no se disponga de tarros de vidrio oscuros, se guardarán en lugares al abrigo de la luz.

• Otro sistema consiste en guardar las plantas en saquitos de tela, que luego se guardarán en cajas de madera.

• Para el uso diario es conveniente utilizar tarros pequeños, reponiendo en ellos las plantas cada vez que sea necesario, evitando la acción de la luz y del aire sobre el resto de las plantas almacenadas.

• Los lugares de almacenamiento deben ser secos y oscuros.

Conservación

Pueden utilizarse diferentes métodos para la congelación de las plantas:

• Colocar las plantas enteras sobre una fuente o rejilla, en una sola capa, y congelarlas. Para guardarlas se pondrán en un recipiente ancho con tapadera. Si se pretende utilizar después estas plantas para aderezar, se desmenuzarán con los dedos y se colocarán en recipientes pequeños. No se debe olvidar etiquetar siempre los frascos ya que las plantas secas son todas muy parecidas.

• Rellenar las bandejas para cubitos de hielo con las plantas bien picadas, cubrir después con agua y congelar. Se podran guardar una vez congeladas, en bolsas de plástico.