Los primeros meses al cuidado de un bebé son a veces agotadores, y es que requiere de mucho tiempo, amor y energía. Se duerme poco, se siente una gran responsabilidad y muchas veces no se sabe bien como hacer las cosas (mas en padres primerizos). Por este motivo es que la sensibilidad esta a flor de piel, se tienen muchas emociones hermosas a veces mezcladas con dudas y miedos (que de hecho son comunes).
Lo mejor es buscar el lugar para darte un mimo, reconocer las emociones que tienes y aceptarlas como parte del proceso, tratando de satisfacer tus deseos y necesidades (aunque parezca una tarea imposible).
Si estas tranquila y contenta disfrutas mas de esta etapa hermosa que es la de la maternidad, pero si estas triste es posible que te estreses mas y eso influya en tu bebé.
La llegada de un bebé sugiere un cambio total de vida, que además implica felicidad y estrés. Debes adaptarte a ser madre, a un cambio a nivel económico, a tener un cambio también con tu pareja, ya que los tiempos ahora son diferentes. Escribiendo parece una película de terror, pero es todo lo contrario. Es la aventura más difícil y hermosa por la que una persona pueda pasar, nada se compara con el ser padres.
Una vez que te adaptes a estos cambios podrás disfrutar de lo hermoso que es ser madre. La clave principal es comprender que si bien la tarea es difícil, existen formas de «aliviar» un poco:
Lo primero es descansar lo suficiente, y para eso debes tomar los tiempos en que tu bebé duerme. Un recién nacido suele dormir varias horas de corrido, por lo cual puedes aprovechar y dormir una siesta (sin importar la hora del día que sea). Estar cansada hace que todo se vuelva mas irritable y no se pueda estar con la claridad que se necesita.
Lleva una dieta equilibrada, llena de frutas, verduras, de alimentos que te den energía y no te la quiten. También puedes complementar con ejercicio, obviamente siempre consultando con tu ginecólogo/a cuando es el tiempo justo para empezar. En caso de que sea una cesárea puede ser mas tiempo que un parto natural.
Habla con alguien que te genere confianza, ya sea tu madre, una prima, amiga/o, y obviamente con tu pareja, con los cuales puedas compartir tus inquietudes, emociones, miedos. Siempre es importante contar con un hombro para apoyarse, con una oreja amiga. También puedes optar por tener un tiempo para ti, y puedes ir a un terapeuta o realizar la lectura de un libro, tomarte un baño relajante, mirar una serie o película que te guste, todo es valido para el relax.
Siempre comparte las tareas con tu pareja, o con la persona con la que vivas. Es posible que las primeras semanas tu casa no esté como deseas, por lo cual no debes estresarte, ya que tu prioridad sos tu y tu bebé. Lo mejor es repartir tareas, no solo del hogar, sino en relación al recién nacido. Cambios de pañales, limpieza del cordón umbilical, compartir los primeros cuidados del recién nacido en casa.
Nunca te encierres, siempre y cuando puedas salir y tu bebé también, hazlo. Salidas a casa de amigos, a ver a familiares, a almorzar, a un espacio natural, todo contribuye para sentirte mejor y mas relajada.
En caso de que llegues a deprimirte mucho es importante que consultes con un especialista, ya que puede deberse a una depresión postparto. Igualmente no estas sola, ya que se estima que entre un 50 y 80% de las madres sufren de este tipo de depresión luego de dar a luz.
Como mencionamos anteriormente, es más que común sentirse hipersensible, y muchas veces que el mundo se derrumba por la más mínima cosa que sucede. Las hormonas están funcionando de otra forma, recién se pasó por un parto o cesárea, el cuerpo cambia y se tiene la gran responsabilidad de tener un bebé a nuestro cargo. No te sientas culpable por sentirte inestable emocionalmente, no hay una forma correcta o incorrecta de sentirte, solo sucede.
No hay manuales para ser padres, solo se aprende día a día y es cuestión de ir conociendo al bebé y adaptándose ambas partes. Lo mejor es la información y el sentirse apoyada/os, por lo cual nunca dudes en consultar todas tus inquietudes.