Síndrome de descompresión

El síndrome de descompresión es una de los tantas condiciones médicas específicamente derivadas del buceo bajo el agua.

Los signos y síntomas de estas pueden presentar durante una inmersión, en la superficie, o hasta varias horas después de una inmersión.

Suceden porque los buzos tienen que respirar un gas que está a la misma presión que su entorno (presión ambiente), que bajo el agua puede ser mucho mayor que en la superficie.

Las condiciones principales son 3:


  • Enfermedad por descompresión (que cubre la embolia arterial y el barotrauma pulmonar).
  • Narcosis de nitrógeno.
  • Síndrome nervioso por alta presión.

Embolia arterial de gas y Barotrauma pulmonar

Si el aire comprimido en los pulmones de un buzo no puede escapar libremente durante el ascenso, en particular en uno rápido, entonces ocurre la ruptura de los tejidos del pulmón ocasionando un barotrauma.

El aire puede entonces entrar en la circulación arterial, produciendo una embolia de gas arterial con efectos similares a la enfermedad por descompresión grave.

Las burbujas de gas dentro de la circulación arterial pueden bloquear el suministro de sangre a cualquier parte del cuerpo, incluyendo el cerebro, y por lo tanto se puede manifestar una gran variedad de síntomas.

Narcosis de nitrógeno


La
narcosis de nitrógeno es causada por la presión del gas disuelto en el cuerpo; produce un daño del sistema nervioso en casi su totalidad.

Esto se traduce en la alteración de los procesos de pensamiento primero y en la capacidad del buzo para hacer movimientos en ultima instancia.

A medida que aumenta la profundidad, lo mismo ocurre con la presión y por lo tanto la gravedad de la narcosis. Los efectos pueden variar ampliamente de un individuo a otro, y en el día a día para el mismo buceador.

Debido a los efectos que alteran la percepción de la narcosis, un buzo puede no ser consciente de los síntomas.

Síndrome nervioso por alta presión

El helio es el menor de todos los gases en densidad, y asi los buzos lo necesitan para respirar mezclas que contengan una proporción de helio para inmersiones superiores a unos 40 metros.

A las profundidades de alrededor de 150 metros aparece lo que se conoce como síndrome de alta presión nerviosa, y sus efectos se encuentran a consecuencia tanto de la profundidad absoluta y la velocidad de descenso.

Aunque los efectos varían de persona a persona, son estables y reproducibles para cada individuo, aunque son los temblores los que marcan la pauta.