Síndrome de Goodpasture

El síndrome de Goodpasture, mas conocida como enfermedad de Goodpasture es una enfermedad rara caracterizada por glomerulonefritis y hemorragia  pulmonar.

Síntomas

El síndrome de Goodpasture puede hacer que la persona comienze a toser sangre o sentir una sensación de ardor al orinar.

Pero en realidad sus primeras señales suelen ser vagas, como fatiga, náuseas, dificultad respiratoria, palidez.

Estos signos son seguidos por la afectación del riñón, representada por primera vez por pequeñas cantidades de sangre en la orina, proteínas en la orina, y otros hallazgos clínicos y de laboratorio.

Causas

Las causas posibles son muchas, entre ellas la presencia de un componente hereditario;. La exposición a ciertos químicos, incluyendo solventes de hidrocarburos, herbicidas e  infecciones virales.

Diagnóstico

Debido a la imprecisión de los primeros síntomas y la progresión rápida de la enfermedad, el diagnóstico a menudo no se alcanza hasta muy tarde en el curso de la enfermedad.

Una biopsia renal es a menudo la manera más rápida de obtener la información y obtener el diagnóstico sobre la magnitud de los efectos probables de la enfermedad.

Las pruebas de anticuerpos anti-MBG (Membrana Glomerular) también pueden ser útiles, en combinación con las pruebas de anticuerpos contra antígenos citoplasmáticos de neutrófilos, que también se dirigen contra el propio paciente.

Mecanismo

Como con muchas enfermedades autoinmunes, la causa precisa del síndrome de Goodpasture no se conoce todavía. Se cree que es una reacción de tipo II de hipersensibilidad a  antígenos en la membrana basal de los glomérulos de los riñones y los alvéolos pulmonares.

El sistema inmune reconoce erróneamente estos como extraños y produce anticuerpos hacia ellos, provocando una respuesta auto-inmune.

Tratamiento

Al igual que muchas enfermedades autoinmunes, el síndrome de Goodpasture responde bien al tratamiento con corticosteroides e inmunosupresores.

Este curso de El tratamiento suele durar entre tres y seis meses.
Por desgracia, ninguno de estos tratamientos puede revertir el daño renal permanente y para los pacientes que han sufrido el síndrome, puede ser necesario el trasplante renal una vez que la enfermedad se ha controlado.