Aunque en la actualidad la única función que se atribuye en la cocina a las plantas medicinales es aromatizar y proporcionar sabor, en realidad sus propiedades son mucho más amplias.
Muchas hierbas actúan como estimulantes gástricos y facilitan la digestión de carnes fuertes, como el cordero o el cerdo.
También se utilizan para prevenir las flatulencia, y como condimento, para evitar la excesiva dependencia de la sal o el azúcar.
Aceite de orégano
El orégano estimula las funciones digestivas y mejora la atonía del estómago.
Se utiliza para realzar el sabor de platos de carne como el cordero asado, en pucheros, pastas, pescados, sopas, ensaladas, etc.
Para elaborar 600 ml de este aceite se requieren 6 cucharadas de orégano picado, 600 ml de aceite de oliva y 2 ramitas de orégano.
Primero se tritura la hierba en un mortero y se añaden unas gotitas de aceite hasta hacer una pasta; se remueve y se añade, poco a poco, el aceite restante.
Se vierte en un frasco esterilizado y se tapa, dejando reposar 2 semanas, agitando cada día.
Finalmente, se cuela el aceite y se pone en una botella esterilizada, añadiendo las ramitas.
Cerrar herméticamente y mantener a resguardo de la luz.
Vinagre de tomillo
Es un buen digestivo y aperitivo y ayuda a expulsar los gases intestinales.
Es excelente para los guisos con pescado, los estofados o en tortillas.
Para elaborar 600 ml se necesitan 10 cucharadas de tomillo picado, 600 ml de vinagre de vino blanco y 2 ramitas de tomillo.
Primero se machaca la hierba hasta obtener una pasta y se pone en una jarra refractaria. Se lleva a ebullición el vinagre en una cacerola y se vierte sobre la hierba; se remueve bien y se deja enfriar.
Se pasa a un frasco esterilizado, se tapa y se deja reposar 3 semanas, agitando cada día.
Finalmente, se cuela el vinagre a una botella esterilizada, se añade las ramitas y se cierra.
Debe guardarse en un lugar fresco y apartado de la luz. Deben moderar su consumo las personas ron problemas hepáticos o estomacales