Se estima que cerca de un 10% de las embarazadas sufren de infecciones urinarias, esto sin saberlo, poniendo en riesgo su salud y la salud de su bebé. Especialistas del Sisol (Lima, Perú) agregan que, además de que se presenten molestias, se puede dar un parto prematuro, o que los recién nacidos tengan bajo peso (en caso de que se complique pudiendo afectar vías urinarias y riñones)
La Lic. Lizbeth Rafael, quien es obstetra del Sisol, expresa que cuando una mujer esta embarazada es más propensa a tener infecciones urinarias y esto se da por los cambios fisiológicos del embarazo aunque también por falta de higiene, y esto hace referencia a que las mujeres embarazadas orinan de forma frecuente, haciendo que se contaminen con bacterias más fácilmente.
Una infección urinaria puede tornarse en una complicación de salud, y es por este motivo que se recomienda que la embarazada se haga un urocultivo, en lo que respecta a su primer control. Esto ayuda a ver qué tipo de bacteria la está afectando y que tratamiento se debe brindar en ese caso.
Según esta especialista: “La mejor recomendación es higiene, asearse en la mañana antes de cambiarse y en la noche antes de dormir”.
A esto se agrega la toma de agua, como mínimo unos 8 vasos de agua al día, cuidar la higiene al momento de defecar, en lo posible usar ropa interior que sea de algodón, lavar la zona íntima con jabón de glicerina o algún jabón natural, y lo más importante de todo que es no retener la orina.
Muchas veces los síntomas no se muestran en el primer trimestre, pero si ciertas señales que pueden indicar la presencia de una infección urinaria, como lo son: dolor y ardor al orinar, cierto dolor en la pelvis, o en la parte baja de la espalda, y en algunos casos incluso presentar un sangrado.