En otra oportunidad estuvimos hablando sobre lo que son las Fontanelas, las cuales son espacios membranosos que se ubican entre los huesos del cráneo. Es una característica de la cabeza del bebé y también se les llama «punto blando».
El cráneo se compone por diversos huesos, y dentro del cráneo en si hay 7 huesos. En lo que corresponde a la zona facial hay 14 huesos, los cuales junto con los del cráneo se unen y forman una cavidad ósea que sostiene el cerebro y por supuesto le brinda protección. Estas zonas en donde se unen los huesos tienen el nombre de suturas, y en el momento del nacimiento los huesos no tienen una unión firme, esto es para que la cabeza del bebé pueda cambiar de forma y pasar por el canal de parto sin complicaciones.
Con el paso del tiempo estas suturas se unen firmemente gracias a minerales que obtienen y es de esta forma que el cráneo obtiene firmeza. Este proceso es conocido como osificación.
Las fontanelas permiten que el cerebro y cráneo del bebé crezcan durante el primer año de vida, debido a que son un “punto blando” entre el espacio en donde se unen dos suturas. Este punto blando está cubierto de membranas y también se le conoce con el nombre de mollera.
En la cabeza del recién nacido no hay una sola fontanela como se cree comúnmente, sino que hay varias que se ubican principalmente en la parte superior (la más conocida), posterior y a los lados de la cabeza.
La fontanela “más conocida” por todos es la que se ubica arriba de la cabeza, es decir la fontanela anterior, la cual se cierra entre los 7 y 19 meses de edad, pero la fontanela que está detrás de la cabeza muchas veces no es notoria por cerrarse al mes o 2 meses del bebé.
¿Cómo debe verse una fontanela? Una fontanela debe sentirse firme con una pequeña curva cuando la tocamos, pero en los casos en que se ve un hundimiento esto puede mostrar que el bebé no está bien hidratado, por lo cual no tiene la cantidad suficiente de líquido en el cuerpo.
Como mencionábamos una de las causas de que la fontanela este hundida es la deshidratación y a esta se suma desnutrición.
En caso de ver que tu bebé tiene la fontanela hundida la consulta con un médico no puede demorarse, ya que debe ser revisado con urgencia. El médico realizará un examen físico para ver que no esté acompañado de otros síntomas, y además realizará preguntas a sus padres, incluso revisando la historia clínica del bebé.
Algunas preguntas son sobre: cuando se notó por primera vez la mollera hundida, cual mollera fue, si se notó algún otro síntoma, si el bebé tuvo vómitos o diarrea, si está tomando pecho como siempre, entre otras preguntas.
El médico puede mandar a hacer exámenes como: un conteo sanguíneo completo, análisis de orina, química sanguínea, ecografía, entre otros.